jueves, 22 de abril de 2010

Pasando desapercibido

La crítica de hoy está dedicada a aquellos espacios televisivos que se emiten casi a diario pero tienen unas altas cifras de audiencia. Hacer un juicio de valor sobre estos programas sería un poco anodino en el sentido que no hay motivo en hablar de ellos ya que no sobresalen a no ser que ocurra algo muy morboso sus respectivos espacios. Me refiero por ejemplos a los concursos como La ruleta de la suerte, Pasapalabra, o los shows como El Diario o El club de chiste. Refiriéndonos a este tipo de programas podría escribir entradas y entradas sobre ellos hasta aburrir, pero hoy con estos tengo más que suficiente.

En el tema concursos hemos dicho que voy a mencionar a La Ruleta de Suerte y Pasapalabra. Si algo tienen en común ambos espacios es la incombustibilidad. Hace ya unos años cuando me enteré la reemisión de La Ruleta, mi cabeza me proporcionó dos grandes ideas. Una de ellas venía representada en ilusión porque cuando un servidor era niño era asiduo seguidor de la entonces Ruleta de la Fortuna. Era como un regreso al pasado, un flash-back. Posteriormente predige, en un momento donde mi lucidez mental debía estar apagada o fuera de cobertura, que la Ruleta cansaría a la audiencia y que acabaría en el baul de los recuerdos de la televisión en España. Viendo que hoy se ha convertido en un producto de fácil consumo para los parados y las amas de casa significa que a mí se me ha caido un mito. La cabeza visible de este concurso, Jorge Fernández, ha conseguido sobrevivir olgadamente y convertirse en uno de los buques insignia de Antena 3, solo fruto de un muy buen trabajo y de ganarse el cariño de la audiencia. En la actualidad, y ya para concluir, ronda un promedio de share, alrededor de un 15 al 25%.


El caso de Pasapalabra es un ejemplo distinto. El concurso de Telecinco y anteriormente de Antena 3 ha sabido reinventarse y de no perder de forma brusca a la audiencia. Tanto en sus respectivos presentadores (mi paisano Constantino Romero, Silvia Jato, Jaime Cantizano y Cristian Gálvez) como en sus pruebas el reciclaje ha sido continuo lo que ha permitido su supervivencia en la tarde-noche. En su última etapa, en Telecinco, es de mencionar que el programa peca de ser un poco facilón y su nivel deja mucho que desear en comparación en su andadura en Antena 3. En cuanto a audiencia mantiene unos número similares a la Ruleta.

Se me hace muy dificil hablar de El Diario. Dejando de lado la realidad de los audímetros. Este espacio de sobremesa es el mayor contenedor de porquería televisiva que hay en la actualidad. Sinceramente creo que hay pocos adjetivos que sean capaces de calificar este programa al servicio de la telebasura. Viendo El Diario y desde mi posición como estudiante de periodismo me pregunto el talento desaprovechado que produce este detestable talkshow, que mal tan grande estamos haciendo a los telespectadores.

Por último llegamos al más reciente a cuanto estreno se refiere. El Club del Chiste, un programa que si algo no se le puede negar es que rebosa humor por los cuatro costados. No obstante, considero que es un formato nada innovador ni original. En sus primeras semanas parecía tener el beneplácito de la telespectadores pero ahora su tedencia es a la baja. Algunos de los socios de ese club tan especial si que tienen gusto y destreza para contar los chistes pero otros parecen que están en un bar con cuatro copas de más. La pregunta está clara, ¿cuanto será capaz de competir El Club del Chiste con programas tan consolidados como El Hormiguero o El Intermedio?

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